Características generales
Por el decreto No. 169 del 30 de Marzo de 1876 se determinó trasladar el despacho de la Aduana de Sabanilla a Barranquilla, que había sido declarada capital provincial ese mismo año, en el sector de la Estación Montoya.
Las instalaciones originales, en Barranquilla, sufrieron un voraz incendio en 1915, por lo cual se dispuso la construcción de un nuevo edificio, para lo cual el señor Diógenes Reyes, administrador de la aduana, convocó a varias compañías para que presentaran proyectos. Llegaron cinco propuestas: un proyecto realizado en 1874 por una casa inglesa, descartado de antemano por el cambio de lote y su alto costo ($250000); dos proyectos de la firma De La Rosa Co.; otro del arquitecto Nicolás Samer; uno del señor Nicolás Campbell y otro del arquitecto ingles Leslie O. Arbuoin.
Los arquitectos Arturo Jaramillo y Alberto Manrique Martín, comisionados por la sociedad colombiana de ingenieros para estudiar los proyectos, encontraron interesante la fachada del proyecto de De La Rosa y la distribución del de Arbouin, aunque sugirieron algunos cambios, entre ellos que se ampliaran los ventanales, que se cambiara la cubierta plana por un techo inclinado. Como conclusión recomendaron que De La Rosa y Arbouin diseñaran un proyecto en conjunto, ellos aceptaron y en los dos meses siguientes elaboraron esta maravillosa fusión, en donde tomaron lo mejor de cada uno de sus proyectos.
El edificio, inaugurado en 1921 por el presidente Marco Fidel Suárez, consta de tres secciones diferentes: una central de dos pisos y dos alas laterales de un piso cada una. La Estación Montoya, del ferrocarril que conducía de Puerto Colombia a Barranquilla, se conecta al edificio por una de estas alas. El volumen principal de dos pisos es una construcción de apariencia neoclásica, marcada en la fachada por un volumen saliente conformado por cuatro columnas de fuste estriado que soportan un frontón triangular de tímpano liso. Fustes, capiteles, frisos, cornisas y paramentos de yesería denotan un gran conocimiento de los ordenes clásicos. Igualmente gratas son las elegantes proporciones de las puertas al la calle y de las ventanas del segundo piso, precedidas de balaustres y agraciadas lonas. Según Carlos Niño "la fachada principal de la Aduana de Barranquilla es en su "palladiana elegancia" uno de los momentos de mayor calidad logrados en la arquitectura colombiana".
La distribución interna del edificio se desarrolla a partir de un pequeño vestíbulo central que se abría en una escalera de proporciones y de trazado bastante interesantes. La segunda planta elaborada de acuerdo con las instrucciones del administrador, es un vasto espacio libre dividido en tres franjas longitudinales por dos filas de columnas muy esbeltas. La distribución de los sitios de trabajo se obtiene mediante divisiones de baja altura y enrejados en hierro muy transparentes, de esta forma el gran espacio conserva su continuidad y disfruta de excelente ventilación cruzada.
En 1980 se inició un largo proceso para lograr la restauración del edificio, mediante la gestión de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Esta cuidadosa y muy bien lograda restauración fue ejecutada por la firma González Ripoll y asociados. La única modificación importante en el proceso de restauración fue la demolición de la escalera original, que le restaba comodidad y elegancia al vestíbulo, y la construcción en su lagar de dos escaleras laterales que a su llegada al piso superior, confluyen en la entrega.
La escogencia de los colores suscitó en el equipo restaurador un debate tanto para la fachada como aquellos que realzaron el intrincado encaje de yesería en los muros, cielorrasos, plafones y cornisas; tonalmente la combinación fue de ocre y blanco en el exterior y una bien equilibrada gama de verdes para el nutrido repertorio decorativo de motivos naturalistas que engalana el interior.
Actualmente la Cámara de Comercio ocupa un tramo en la primera planta del edificio, dedicado a sus oficinas de comercio exterior, liberando el resto de dependencias para actividades culturales tales como salas de música, conferencias y exposiciones y el recinto para el valioso Archivo Histórico del Caribe y en todo el segundo piso la biblioteca "Luis Eduardo Nieto Arteta", abierta como todo este nuevo complejo cultural al servicio de la comunidad Barranquillera.