Este volcán del que algunos dicen que es el verdadero “León dormido” y no el Nevado del Ruiz se levanta solitario al norte del Parque Nacional Natural de los Nevados, del otro lado de la carretera que de Manizales conduce a Bogotá pasando por Honda.
De 4.000 msnm., la escarpada cumbre de Cerro Bravo alberga un cono cuya circunferencia, nada regular, está rota en dos partes.
Por ello, si se quiere darle la vuelta completa es preciso descender en dos ocasiones para retomar la cuerda superior. Las paredes del cerro en algunas partes son verticales y el fondo del cráter, en el que no se advierte actividad volcánica alguna, está taponado y cubierto de vegetación paramuna.
El cono del cráter se levanta de un valle que lo rodea por el sur en forma de media circunferencia. Por el norte, en cambio, el cráter está bordeado por paredes muy pendientes cubiertas de bosque de cordillera. Desde la cumbre de Cerro Bravo la vista del Ruiz, el Valle del Magdalena y el Páramo de Letras es de sorprendente belleza. Cabe anotar como dato curioso, que el páramo de Cerro Bravo no posee frailejones.