Características generales
En el curso desde los milenios I y II a. C. los mencionados monumentos ya habían conformado obras muy importantes como templos de planta circular, tumbas de tipo dolménico, centros o estaciones astronómico-meteorológicos todo lo cual fue destruido por guerras civiles o revoluciones internas. Y aunque los constructores músicas reconstruyeron varias veces sus obras, especialmente las de carácter astronómico-meteorológico, éstas fueron de nuevo destruidas y cayeron en el olvido varios siglos antes de la conquista.
Las columnas dispuestas en sucesión regular. con espacios da paso a la luz y permiten la formación y movimiento de sombras , según la dirección temporal del sol, daban a conocer a los Músicas, el comienzo de las épocas de verano e invierno. La sombra más corta corresponde al mediodía del primer día de verano y la más larga al mediodía del primer día de invierno.
El arribo del sol al cenit a esta latitud (50 31'l 5") se cumplía y cumple dos veces anualmente.
Este emplazamiento ocupa un terreno rectangular de 38 ni. de largo por 12 de ancho, orientado según los puntos cardinales, este, oeste.
La construcción de estos monumentos se concibió y realizó dejándola abierta al espacio celeste para la observación de los astros y principalmente del sol.
Las columnas verticalmente dispuestas, de 1,80 ni. de altura, por 35 a 40 cm. de ancho, en promedio, aparecen niveladas por su extremo superior el que, casi sin excepción presenta diversas roturas.
En la construcción de las alineaciones, debieron tomarse en cuenta, puntos naturales fijos como la Laguna de Iguaque, señales y marcas en el horizonte como la aparición de las pléyades.
El número de las columnas, 55 a 56, de cada una de las alineaciones, responde seguramente, a un valor calendario relacionado con el ciclo de algunos eventos y fenómenos astronómico, Como los eclipses, por ejemplo.
Las sombras, regularmente espaciadas como las columnas que las originan, con su juego de movimientos de crecimiento, degradación y dirección, según la posición del sol, a la vez que conmovían profundamente el religioso espíritu muisca, servían a los sacerdotes astrónomos chibchas para predecir la ocurrencia de eventos y fenómenos astronómicos como la culminación del sol en el cenit, los solsticios, los equinoccios, los eclipses, etc.
El espacio que media entre las dos alineaciones columnares constituyó un centro de observación, análisis y estudio de carácter astronómico y meteorológico por parte de los sabios sacerdotes astrónomos Músicas quienes además, presidían las prácticas, ritos y cultos en honor al sol, en las cuales multitudes nativas estaban presentes. Por medio de la observación y la deducción, los astrónomos músicas buscaban la t'elación entre la posición de las columnas y la de las estrellas o planetas.
Los nativos pensaban que la desaparición instantánea de la sombra del sol en estas columnas era señal de que el astro luminoso se antropomorfizaba y por medio de ellas descendía a la tierra para fecundarla.
Tan extraordinario matrimonio cósmico se cumplía regularmente en marzo y septiembre y era objeto de grandes festivales religiosos y mágicos que con gran pompa litúrgica dirigían los sabios sacerdotes astrónomos Chibchas.
· Antigüedad de las ruinas arqueológicas
Los estudios que se han venido realizando de las ruinas que, en últimas, quedaron de los monumentos de piedra precolombinos, han permitido establecer que se trata de obras monumentales muy antiguas, que proyectan muy lejos, en el pasado, la historia cultural de los Chibchas o Músicas.
Uno de los análisis radiocarbónicos (LAN 148 ± 2.880 + 95 B. F.) señala que la mayor parte de las obras megalíticas talladas del "infiernito" fueron labradas en el curso del milenio inmediatamente anterior a la venida de Cristo.
· El Falo: símbolo de la fecundidad
La sacralidad de la sexualidad humana y la preocupación por la fecundidad de los campos aparecen reveladas en estos colosales monolitos tallados, cargados de trascendentes fuerzas y valores espirituales y mágico por virtud de los cuales tales formas labradas, al ser erigidas y consagradas dejan de ser simples cosas naturales para convertirse en hierofanías, es decir, en manifestaciones simbólicas de lo sagrado.
· Fecundidad del sol
El sol y la luna, el fuego y la luz, a los ojos de varios pueblos nativos, aparecen provistos de poderes sobrenaturales especiales. El sol por ejemplo, está dotado de un poder fecundante tan poderoso que una virgen expuesta desnuda a los rayos solares, aparece preñada. Hermoso ejemplo de esto, es el caso del legendario cacique de Hunzahua, Goranchacha, hijo del sol y de una princesa hija del Cacique de Guachetá.
El culto a la fecundidad estuvo simbolizado, por gigantescas formas fálicas de piedra tallada, erigidas aquí y allá en los secos y estériles campos de Villa de Leyva.