Flora y fauna
La composición florística de la región ha sido afectada radicalmente, quedando parches de bosque testigos de las selvas primitivas propias del bosque húmedo Premontano. En gran parte de la Serranía muchos de los bosques han sido reemplazados por cultivos tales como café, plátano, mora y lulo. Estos dos últimos frecuentemente están asociados con un componente forestal de especies como el Camargo (Verbesina sp), El Chucho, el Arboloco (Montanoa sp) y el Azuceno (Cinchona sp) entre otros.
La vegetación nativa en zonas boscosas aún sostiene una gran biodiversidad, la cual está representada por especies como Guadua (Guadua angustifolia), Sauces playeros (Tessoria integrifolia), Caña brava (Ginerium sagittatun), Nacedero (Trichnatera gigantea), Estropajo (Luffa cilindrica), Pisquin (Albizzia carbonaria), Dorancé (Cossia reticulata), Carbonero (Colliandra sp.), Nogal ( Cordia alliodora), Balso blanco (Heliocarpus popayanensis), Guamo (Inga densiflora), Guamo santafereño (Inga edulis), Balso (Ochroma lagopus), Higuerillo (Ricinus communis), Dulumoco (Saurania choriaphyla), Guayacan rosado (Tabebuia rosea), Zurrumbo (Celtis trinervia), Yarumo blanco (Cecropia telealba), Chilco (Eupatorium popayanensis), Cerezo (Freziera sp), Arrayan (Mircia popayanensis) Sietecueros (Tibouchina lepidota), Encenillo (Weinmania pubescens) entre otros.
La flora y la fauna de la región se han favorecido con los sistemas agroforestales y la conservación de los bosques de galería. En la Serranía aún existen mamíferos tales como el tigrillo, cusumbo, gurre, guatín, ulamá, oso hormiguero, zorro y perro de monte (información oral de los pobladores, 1994).