Este río marca el límite entre Colombia y la hermana Republica de Venezuela en casi todo su recorrido, lleva en su lecho aguas negras brillantes que se convierten en rojas en pequeña cantidad.
Es inmensamente ancho, casi dos kilómentros, para su relativamente corta longitud. El Atabapo desemboca en el Orinoco y allí forman un accidente hidrográfico sorprendente y único en el planeta: tres ríos confluyen en el mismo punto y dibujan una cruz.
El Orinoco forma dos de los parales, el Atabapo uno y el Guaviare el restante. El accidente se observa muy bien desde el aire. En el verano se forman inmensos playones de arena blanca en el río, razón por la cual casi se puede pasar caminando desde Colombia hasta Venezuela.