Características generales
El piedemonte amazónico colombiano es considerado como una de las zonas de mayor diversidad biológica del país y allí tienen asiento varios grupos indígenas expertos en chamanismo y plantas medicinales. De especial importancia es el hecho de que el nuevo Santuario es la única área protegida en Colombia destinada a la conservación de flora medicinal. Específicamente, en la zona existe una fuerte presencia de la planta del Yoco (Paullinia yoco), una liana de la familia Sapindaceae. El Yoco tiene un uso ancestral como estimulante, muy seguramente debido a la alta presencia de cafeína en su corteza; también se usa como purgante, además de ser extensamente usada en las terapias de la medicina tradicional indígena del piedemonte.
Pero, más allá de estos usos específicos, la importancia del Yoco radica en que es, por excelencia, una planta preventiva, cuyo consumo regular garantiza la salud integral del indígena y previene diversas enfermedades tropicales, incluyendo a la malaria. Por eso, el Yoco ha sido clasificado como una planta “central” en la cultura médica y de salud de las comunidades indígenas del piedemonte amazónico, por lo que su protección, no sólo es decisiva para la protección del ecosistema del piedemonte amazónico, sino que, además, es decisiva en la protección de las culturas indígenas de la región.
De hecho, el proceso de creación, diseño y declaratoria de la nueva área fue el resultado de un esfuerzo coordinado entre el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, la Unidad Administrativa del Sistema de Parques Naturales Nacionales, el Instituto de Etnobiología, el Equipo de Conservación de la Amazonía –ACT-, la Universidad del Rosario y, en especial, de la Unión de Médicos Indígenas Yageceros de la Amazonia Colombiana, -UMIYAC-, cuyos médicos tradicionales y aprendices proporcionaron la ayuda y el conocimiento necesarios para llevar a cabo el proceso.
Estas comunidades indígenas fueron quienes, precisamente, en diciembre de 2003, propusieron la iniciativa y proporcionaron de ahí en adelante la ayuda necesaria para adelantar este proceso. Participaron indígenas de diversas etnias del piedemonte, en su mayoría médicos tradicionales o aprendices de la medicina indígena pertenecientes a la UMIYAC.
Como parte de la iniciativa, los integrantes de UMIYAC gestionaron la compra del “Predio UMIYAC,” un área de 28 hectáreas destinada a servir como lugar de entrenamiento de los aprendices de la medicina tradicional y como eventual zona de amortiguamiento del nuevo Santuario. Se realizaron, así mismo, muchas expediciones interculturales e inter-científicas para el estudio de mamíferos, aves, herpetofauna, insectos y flora, geo-referenciación de transectos, elaboración de cartografía local, identificación de salados, sitios sagrados y áreas con predominio de plantas medicinales.
La riqueza del territorio protegido por el nuevo Santuario no radica únicamente en el Yoco. La determinación taxonómica del material colectado durante las expediciones permitió identificar algunas especies de importancia biológica para Colombia. En plantas, se colectó la especie Psammisia sclerantha, perteneciente a la familia de las Ericaceae, como primer registro para Colombia. Se colectó también una especie nueva de la familia Passifloraceae, Pasiflora sp.nov.
Las observaciones en campo y la experiencia de los médicos tradicionales de la UMIYAC en la identificación de plantas medicinales, fueron fundamentales en esta actividad. Según información brindada por los indígenas, se pudieron identificar 35 familias y 60 géneros de plantas medicinales con usos diferenciados según la etnia. De los 60 géneros, casi todos tienen algún uso para los habitantes de la región, lo mismo que alimento, paso y hospedero para la gran diversidad de fauna existente en el piedemonte.
En total, en el área de estudio se realizaron cerca de 480 números de colección, que representan 60 familias y 114 géneros. Se identificaron 120 especies de plantas, se recolectaron 500 especimenes botánicos, se fotografió a 80 especies y se muestreó un total de casi 150 árboles y arbustos en transectos.
A pesar de su importancia cultural y biológica, la parte alta del municipio de Orito, donde se localiza el nuevo Santuario, enfrenta amenazas: colonización desordenada, presencia de cultivos ilícitos, tala indiscriminada, presencia de actores armados y la exploración y explotación de hidrocarburos. La declaratoria del Santuario de Flora Medicinal Orito Ingi–Ande busca proteger, precisamente, esta riqueza biológica y cultural e, iniciar así, el difícil camino de conservarla para el beneficio de todos los colombianos. Con esta declaratoria, el Santuario de Flora Medicinal Orito Ingi–Ande se integra al Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia, convirtiéndose en el área protegida número 54, sumándose a los más de 11 millones de hectáreas protegidas.