Características generales e historia
· LA CATEDRAL ANTIGUA
Emocionado con la majestuosidad de los socavones que durante siglos habían abierto, primero los muiscas, y después los mineros, un alto funcionario del Banco de la República, el doctor Luis Angel Arango, acogió en 1932 la idea de construir una capillita subterránea, que le fue encomendada al arquitecto José María González Concha, quien opinó que allí cumplía hacer una catedral, y trazó los diseños.
Unos años después el presidente Laureano Gómez impulsó la idea, y el 7 de octubre de 1950 empezaron los trabajos de unión entre los socavones en una montaña que tenía 400.000 metros de extensión y cuatro pisos de excavación de 80 metros cada uno. La ceremonia fue bendecida por monseñor Antonio Samoré, Nuncio Apostólico. Calificada por los asistentes y por la prensa internacional como “monumental e indescriptible”, la Catedral de Sal fue inaugurada el 15 de agosto de 1954, con cuatro naves de cien metros de longitud por 13 de ancho cada una, sostenidas por 12 columnas de sal cuya base individual era de 80 metros cuadrados.
Además de un lugar de devoción a Nuestra señora del Rosario de Guasá, la catedral se convirtió en una maravilla turística.
· LA NUEVA CATEDRAL
La Nueva Catedral quedó terminada en 1995 y se inauguró a finales de ese año, y a ella se trasladaron el noventa y cinco por ciento de las obras de talla que se encontraban en la catedral antigua, incluida, desde luego, la Virgen Morenita, y el altar mayor, el pesebre, la pila bautismal, los ángeles y querubines, y la obra La Piedad, del artista Miguel Sopó.
La Nueva Catedral consta de tres naves: la central y dos laterales. Al frente de la nave central se encuentra la monumental cruz, que se aprecia desde antes de llegar al recinto. Pegada a la cruz, en el extremo izquierdo, está la sacristía. En el piso de esta nave hay un círculo de 78 metros que representa el mundo; en uno de los extremos de este círculo aparece La Natividad, y en el otro La Piedad.
La Nueva Catedral tiene 8.550 metros cuadrados, 2.500 más que la antigua. Su ubicación está hecha de tal modo que nunca podrá interferir con la explotación de las salinas.
· LA LEYENDA DE LA SAL
Las salinas de Zipaquirá tienen una existencia milenaria, y fueron explotadas por los Muiscas, que además del uso práctico, hicieron de la sal su principal instrumento de intercambio, su moneda. Por lo mismo, la sal fue causa de varias guerras entre los distintos pueblos muiscas que trataban de ejercer el dominio absoluto de ese precioso bien.
Según la leyenda indígena, la sal fue descubierta por un niño muisca, que jugando con sus amigos en los alrededores de las minas, tuvo un tropiezo, y al caer su boca golpeó con un trozo de piedra, de un sabor extraño. El niño llevó el trozo a sus mayores, que descubrieron en él un condimento ideal para sus alimentos y un medicamento muy efectivo para algunos males. Los indígenas pronto aprendieron a transformar la sal vijua - o primitiva - en sal de consumo y en sal compactada.