Características generales
La ciudad de Cartagena de Indias, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984 por sus singulares barrios y por poseer las mayores fortificaciones de América del Sur. La ciudad, fundada en 1533, empezó a fortificarse inmediatamente después, tarea que duró tres siglos. Fue desde su fundación el puerto más importante del imperio colonial español, siendo por ello asediada constantemente por piratas y corsarios, entre ellos el inglés Francis Drake, así como por Inglaterra y Francia, rivales de España en el dominio mundial. Esta situación llevó a España a dotar a la ciudad del sistema de fortificaciones más importante de América. Poco a poco fue avanzando la construcción de las murallas y los fuertes como Santa Catalina, San Lucas, Santiago y San Pedro, hasta que el núcleo central de la ciudad quedó bien protegido. A medida que Cartagena se extendía hacia el arrabal de Getsemani, también se hizo necesario rodear de murallas y fuertes esta sección de la ciudad. Más tarde se extendieron las fortificaciones al canal de Bocachica, puerta de entrada a la bahía, donde se levantó la fortaleza de San Luis, que fue destruida durante un ataque en 1696. En el siglo XVIII se construyó allí el fuerte de San Fernando.
Con el paso del tiempo la ciudad crecía, y aumentaban los ataques, por lo cual era necesario diseñar fortalezas cada vez más poderosas. Fue así como nació el más imponente castillo que construyeron los españoles, San Felipe de Barajas, situado en el cerro de San Lázaro, punto de gran importancia estratégica para la defensa de la ciudad.
Las obras fueron sumándose poco a poco hasta que se produjo el ataque de las tropas inglesas en 1741, cuando el castillo desempeñó una papel decisivo en la defensa de la ciudad. Los españoles, con apenas 6000 soldados, lograron derrotar a una poderosa flota de guerra de 180 barcos que portaban 64 cañones y 23.000 hombres. Los ingleses tuvieron que retirarse.
Cuando comenzó la construcción de las murallas, la ciudad ya contaba con una activa vida social, comercial y religiosa, en la que se conjugan la rigidez de las construcciones militares con la arquitectura de las casas, calles, plazas, iglesias y claustros.
El conjunto arquitectónico de Cartagena es obra de constructores españoles; los claustros conventuales y las casas domésticas se caracterizan por situarse alrededor de un patio central con abundante vegetación, rodeado de arcos y columnas.
La ciudad, por el hecho de estar encerrada entre murallas, debía limitar necesariamente sus espacios, y esto se refleja en las calles y plazas públicas, hacía las cuales las casas se volcaban a través de las amplias portadas y de los balcones y ventanales con sus enrejados en madera, reflejándose el mismo ambiente íntimo de los interiores en los espacios externos.
Cartagena creció en función de la actividad comercial portuaria, que se concentró alrededor del Muelle de los Pegasos, donde actualmente se encuentra la Puerta de la ciudad y la Torre del Reloj, que forman una imagen típica de Cartagena, y las plazas de Los Coches y de La Aduana.
Las casas que se construyeron en este primer núcleo de la ciudad, pertenecientes a los comerciantes adinerados convertidos en nobles, reflejan la estructura social predominante: el piso bajo lo ocupaba el comercio: en los entrepisos se situaban los depósitos y la servidumbre, y en los pisos altos se concentraba la alta burguesía.
Actualmente, los ejemplos mejor conservados de estas grandes casonas cartageneras son la Casa del Marqués de Vladehoyos, el Bodegón de La Candelaria y la Casa de Don Benito.
Desde 1535 hasta 1625, varias órdenes religiosas establecieron sus instalaciones en la ciudad, construyendo iglesias y conventos: la Catedral, en la Plaza Mayor, las iglesias de Santo Domingo (1579), San Agustín (1582) y San Francisco (1590), las escuelas jesuitas de San Diego, Santa Clara, Santa Teresa, la Merced y Santa Cruz de la Popa. Con el paso del tiempo estos edificios cayeron en manos del gobierno civil, convirtiéndolos en hospitales, escuelas públicas y edificios oficiales.
Las construcciones gubernamentales son escasas en Cartagena, rasgo común en toda la Nueva Granada. Los mejores ejemplos de edificios públicos en Cartagena son la Aduana, donde actualmente funciona la Alcaldía, y el Palacio de la Inquisición.